Si amas a Jesús, él te da superpoderes. Los poderes del cristiano son mucho más prácticos que volverse invisible o echar rayos por los ojos. En Jesús encuentras una fe que mueve montañas, ves milagros cuando oras y transformas vidas a través del perdón. Esos son los superpoderes de la vida real.
Mira lo que dice la Palabra de Dios sobre lo que Dios hace en nosotros:
Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; 31 pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.
(Isaías 40:31)
En Cristo recobramos las fuerzas para seguir adelante. Aun cuando el camino es difícil y arduo, Dios nos fortalece para continuar avanzando con él. Ora al Padre, entrégale tus cargas y recibe las nuevas fuerzas que él te puede dar.
Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen,
tú, Dios mío, eres la roca de mi corazón,
¡eres la herencia que para siempre me ha tocado!
(Salmo 73:26)
Si te sientes desfallecer, aférrate a la roca inconmovible: ¡Cristo! Pon tu mirada y tu fe en él, pues él no te fallará. Lo terrenal terminará, pero él es tu herencia eterna.
En Cristo también puedes liberarte del rencor y el resentimiento. Él te quiere ayudar a perdonar y a amar a los demás de corazón. Permite que Dios obre en tu vida y usa tus superpoderes espirituales para impactar este mundo con la presencia de Dios.
Descubre más sobre cada uno de estos superpoderes: